Puede que me ayuden
a cruzar la vida, si también me hago en blanco y negro.
Con sonrisas relucientes que parecen auténticas,
los brazos extendidos, adornos en el pelo y una dirección en mente:
el futuro.
Seductores, con arrugas en la frente y pajaritas en el cuello,
o cautivadoras con rojo de labios y azul de ojos.
Y a lo lejos, en la niebla
entre los finos rayos
de gris, de gotas, de gastos y de gestos,
buscan el arcoiris para volver al presente.
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